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INTERVENCIÓN DE ÓSCAR TORRES PERDOMO

 

En nombre de los dos memorialistas, interviene Óscar Torres Perdomo.

«Esta lectura que le vamos a exponer estará basada en un análisis biográfico de nuestro trabajo realizado conjuntamente con don Jesús Perdomo Ramírez.

Queremos agradecer a los Cronistas Oficiales de Lanzarote el habernos propuesto como Memorialistas de Lanzarote 2017, siendo ratificado por la Junta de Cronistas de Canarias, al alcalde de Haría por el empeño y entu­siasmo para que este acto se celebre en el municipio, a las autoridades locales e insulares presentes, a la funcionaria municipal Srta. Eloína por su colabora­ción y también a todos Uds. que nos honra con su presencia. Para abordar el comienzo de nuestra inquietud investigadora y recopilado­ra, hemos de remontarnos al año 2000. Fue, por esas fechas, cuando surgió en nosotros el interés por la búsqueda de noticias sobre nuestras familias, dada la escasez de noticias y el dificultoso acceso a las fuentes documentales e históricas que pudieran alumbrar aspectos ignorados de nuestros antepasados.

En los comienzos de nuestra actividad, cada uno de nosotros afrontó su cu­riosidad investigadora de una forma independiente, y cada uno por su lado buscó información en los archivos particulares para luego adentrarse en los ar­chivos públicos. Fue en el año 2007 cuando se cruzaron nuestros caminos y unimos nuestros esfuerzos en torno a la materia que hasta ese momento cada cual había recopilado. Emprendimos, en primer lugar, la tarea de desglose y ca­talogación de la abundante información que habíamos recuperado, e iniciamos nuestro trabajo de recogida y ordenación de todos los pregones existentes con el fin de darlos a conocer a través de publicaciones impresas. Estos proyectos fue­ron presentados a algunas administraciones de la isla, pero la crisis económica que se vislumbraba ya en el año 2008 convirtió en irrealizable esta empresa.

Con la recuperación de datos históricos, culturales o etnográficos no solo pretendemos un acercamiento a la capacidad transformadora y creativa de nuestros antepasados, sino también rendir un respetuoso homenaje a sus per­sonas y propiciar un clima favorable para una profunda reflexión acerca de nuestra participación social en el mundo de hoy.

Las expresiones culturales adquieren su valor en directa proporción a la difusión pública que de ellas se haga. Desafortunadamente, muchas de las manifestaciones de arte y cultura que en el pasado desempeñaron un papel preponderante en la comunicación, en la economía y en la vida social de los pueblos de la isla, hoy se encuentran en desuso o en vías de desaparición, vencidas por el empuje de nuevos comportamientos culturales o modernos entretenimientos vinculados a las redes sociales.

Los sucesos históricos a través de los cuales se conformó la sociedad ac­tual, por su carácter local o regional, quizá pasen desapercibidos para la ma­yoría de las personas, por considerarlos de poca importancia, desprecio que ocasiona que se encuentren ocultos, atesorados en las mentes de los ancianos o archivados en viejos cajones a resguardo de la mirada escrutadora del curio­so cronista o del experto investigador.

No basta con conocer la historia y la cultura ancestral para que adquieran importancia. Es necesario extraer de ellas el contexto de su desarrollo, su pro­yección pública, los grupos sociales a que iban destinados, y su desarrollo, evolución y adaptación a su época. Esta tarea nos sitúa, por tanto, no solo ante el mero conocimiento, sino ante el camino que conduce a la construc­ción de nuevas estrategias culturales enraizadas con el pasado.

Y aquí nace una preocupante reflexión: ¿Qué estamos haciendo nosotros en el ambiente histórico-cultural? ¿Estamos creando cultura o sólo estamos manipulando la que recibimos por herencia?

El objetivo principal de nuestro trabajo es difundir la historia y la cultura de los diferentes municipios de Lanzarote, lo más objetivamente posible y de una manera amena; además de reconstruir dicha historia y de aportar algunos elementos para un mejor conocimiento de las raíces identitarias de esta isla.

Saludable ejercicio este de recuperar, rememorar, evocar cíclicamente esa pequeña historia común de un colectivo humano que comparte cotidiana­mente los avatares de la vida y desea liberarse por unos días, a través de sus fiestas, de todas las pesadumbres que la vida entraña.

Lanzarote es pueblo amante del trabajo y de la fiesta. Durante siglos, sus gentes han vivido sujetas a la actividad agrícola y pesquera, que han nutrido a la isla de un rico patrimonio literario, etnográfico y folclórico. En las últimas décadas del pasado siglo, esta isla ha experimentado una extraordinaria me­tamorfosis en la configuración de sus pueblos y sus costas, en su economía, en su tejido social… Y no siempre para bien.

La sociedad tradicional y la economía familiar han dado paso a un paisaje humano multicultural y a una industria turística desarrollada a gran escala. La economía insular se ha movido en estos nuevos tiempos entre el vértigo del fe­roz consumismo y la opulencia del superdesarrollo y el desánimo y la parálisis que surgen como consecuencia de toda depresión económica. En medio de es­tos vaivenes de nuestra reciente historia, los más conspicuos y honestos obser­vadores del devenir insular asisten con preocupación y desasosiego a tanta y tan rápida transformación y claman por que la necesaria integración en una cultura globalizada no tenga que ser a costa de renunciar a nuestras raíces y de perder todo aquello que se ha dado en llamar “señas de identidad”.

Quienes creemos en la necesidad de compatibilizar lo global y lo local debemos acoger con entusiasmo todos los proyectos encaminados a estimular la conservación de nuestra memoria histórica, a profundizar en el conoci­miento de nuestras raíces y a impedir que la “modernidad” globalizadora to­do lo invada y todo lo integre en un magma indiferenciado y homogéneo, sin vida propia ni concreta localización geográfica.

Ante este panorama tan poco propicio para la defensa y salvaguardia de nuestras diferencias, iniciativas como las emprendidas por nosotros con gene­rosidad y entusiasmo de recopilar los pregones y datos históricos-culturales de los municipios de Lanzarote son dignos de elogio y merecen todo el apoyo social e institucional. Con paciencia, tenacidad, dedicación y de forma al­truista hemos rastreado archivos y hemerotecas, hemos comprometido a per­sonas en la localización de material perdido, hemos hecho lo imposible por encontrar lo inencontrable.

Y, como fruto de esa impagable labor de años, estamos ahora regalando esta espléndida colección de páginas web de los diferentes municipios de la isla.

Su lectura será un gratificante ejercicio de evocación de nuestras esencias y un acicate para construir un futuro insular integrado en el mundo, pero sin romper con aquello que hizo de Lanzarote diferente y única.

En la sabiduría popular se asegura que nadie puede amar lo que no conoce, por lo que podemos concluir que después de la lectura de las diferentes páginas web que hemos realizado y que abarcan todos los aspectos de la idiosincrasia municipal, con el propósito fundamental de ser asequible a todo tipo de internautas, los jóvenes y no tan jóvenes terminarán por conocer sus raíces cultura­les. Descubrirán su rostro forjado con el discurrir de los años aprendiendo de ese modo a amar y a respetar a su pueblo, a su isla, sintiéndose orgullosos de formar parte de su conglomerado humano, y acabarán por aceptar que el Lanzarote actual es el resultado del actuar de pasadas generaciones. El futuro de­penderá de las acciones que se emprendan en el presente».