Historia / Referencias históricas


 

Fuente: La Hoja del Municipio de Haría nº 434

Resulta que las frutas antes, eran uno de los productos más importantes para el sustento de la familia, pues con el gofio, las frutas, los granos, las papas y el cochino, se alimentaba a las familias cuando aún no venían alimentos de fuera y vendidos a través de los Supermercados, como pasa ahora.

Hay que partir de la base de que antes había muchísimas higueras, y de muy distintas variedades, y estaban el higo colorado, el higo gomero, el negro, la breva, el vigariño o vigasote, el blanco, el blanco fino, y así había una gran cantidad de fruta de higuera o higos de higuera, que por cierto también se mimaban y apreciaban mucho.

En derredor del higo de higuera, digamos que se montaban unas reglas por los propietarios o ricos del pueblo, caciques al fin, de modo que unos pocos, pagaban de peones a unos muchos para que les recogieran los higos, y eso cada tres o cuatro días, porque maduraban muy rápido, y vaga que algunos caciques tenían la norma de que los peones y las personas, se pusieran a cantar mientras estaban cogiendo los higos, con la mala intención de que éstos no comieran higos, y así, cantando los controlaban. Eso llegó a pasar en nuestra isla y Municipio de Haría, aunque cueste creerlo.

Para coger los higos había un problema importante que soportar por los cogedores, ya que los higos había que cogerlos con pezón, y eso llevaba consigo apretar la uña, con las consecuencias que ello traía para las uñas, ya que la leche del higo es muy fuerte, y las uñas terminan de muy mala manera, con dolores y molestias.

Los higos se cogían para ponerlos a pasar en los paseros que se habilitaban en las propias fincas, en especial sobre las paredes anchas con ripios, monturros, y si no había, se ponían sobre la superficie de arena de la finca y se solía poner una protección para que los perros no hicieran daño en ellos.

Los higos pasados luego se guardaban en las casas bien apretados hasta que les saliera el azúcar, y eran muchos los que se vendían. Pero la sabrosidad del higo estaba cuando se cogía y comía en fresco, que era una delicia y se comían directamente, con gofio en polvo, mojados en manteca y otros.

Pero también nos sirvió de gran alimento en la antigüedad el denominado "higo de penca", "higo picón", o "higo tuno", porque también habían muchas pencas o tuneras, pero era un trabajo muy desagradable porque los picos volaban y algunos nos venían, al manipularlos y en especial cuando se traían para pelar y poner en los paseros, y así se convertía en el "higo porreta", tan sabroso, pero también lo era y son en fresco.

Habían otros frutales como el duraznero, en sus distintas especies de mollar y no mollar, el almendrero, el guayabero, el peral, el perito, el membrillo, el algarrobo, y no nos olvidemos de la tradicional parra, que nos ha proporcionado esas grandes variedades de uvas, como moscateles, la blanca, la negra, la gruesa, de Diego y otras.

Dentro de las frutas habían unas que eran las normales de cosecha y otras eran denominadas tempranas, higos gallones, peras sanjuaneras, higos locos y tantos otros.